El Movimiento Familiar Cristiano es un movimiento apostólico de la Iglesia
Católica, de carácter seglar, familiarista, comunitario y
evangelizador. Promovido y dirigido por seglares que quieren ser protagonistas de la
misión de la Iglesia. Comunidad cristiana dentro de la Iglesia, su
vínculo de unión es la fe y la preocupación por la familia.
Siempre buscará la comunión eclesial y colaborará con la
Jerarquía. Los problemas del hombre y su entorno se abordan desde la
perpecstiva de la familia y sus valores.
El M.F.C. ofrece una espiritualidad y mística evangélicas vividas en
el matrimonio sacramental. Quiere descubrir, vivir y transmitir los valores
cristianos de la familia. Tales son la vocación del casado, la fuerza
salvadora del sacramento del matrimonio, la vivencia de la fe en la familia y su
prioridad como iglesia doméstica y transmisora de la fe. Sólo
así habrá familias fermento de vida cristiana. El M.F.C. tiene como
modelo a María en su misión de Madre de Jesús y se pone con
confianza bajo su protección.
Los miembros del M.F.C. quieren llevar el mensaje de Cristo resucitado. Y como
misión propia el M.F.C. potencia la vocación de sus miembros como
testigos de la fe y los valores familiares. Potencia la familia como célula
básica de la sociedad e Iglesia doméstica. Desea formar en sus
miembros un modelo de familia abierta y comprometida según el mensaje
cristiano, fortaleciendo todo valor familiar permanente.
Serán miembros del M.F.C. todas las personas, generalmente matrimonios, que,
viviendo en comunión con la Iglesia Católica, sean admitidas por la
Comisión Ejecutiva Diocesana, debiendo además asumir el ideario del
Movimiento y compartir sus fines. Los miembros del M.F.C. se agrupan en equipos. Con,
generalmente, un mínimo de 7 personas y un máximo de 17. El equipo es el
lugar para el encuentro y la ayuda mutua, para la formación, para la
expresión y celebración de la fe, para la animación al
apostolado. Con reuniones periódicas libremente fijadas y otras actividades
comunes. Un miembro del M.F.C. lo es asistiendo a las reuniones periódicas del
equipo del que forma parte o como consiliario. El consiliario será un sacerdote
y ejercerá su ministerio tanto en el marco general del M.F.C. como en los
equipos.
La evangelización en el M.F.C. se traduce en preocupación prioritaria
por los equipos que lo forman y por cada uno de sus miembros. El M.F.C pretende
descubrir, vivir, transmitir y defender los valores y derechos fundamentales de la
familia, tales como la dignidad y la igualdad del hombre y de la mujer, el amor, la
paz, la libertad, el espíritu de justicia, el diálogo, el derecho a la
vida y a dar la vida, a la educación, a la autonomía de la familia y a
su protección social. La preocupación de cada miembro por todo ambiente
no quita que el M.F.C. tenga sus campos apostólicos propios, como los cursos de
preparación al matrimonio, los encuentros conyugales y familiares y el servicio
de orientación familiar. Se creen también muy necesarios la catequesis,
la colaboración en escuelas de padres y asociaciones de padres de alumnos y la
atención a jóvenes y familias marginadas. Organizando por ello
actividades en estos campos concretos. Aunque el matrimonio sea su núcleo
primario es la familia toda el campo de acción del M.F.C. Y en primer lugar los
hijos de los miembros del M.F.C. Ya sea a través de grupos juveniles, la
participación eventual en las reuniones de sus padres o por otros cauces.
Los recursos económicos sobre todo procederán de las cuotas de sus
miembros.